María Piñones en New York En New York atardecía. Los copos de nieve caían lentamente sobre las aceras. Una fina capa de hielo cubría las aguas del Hudson. Frente a los ventanales del piso 27 del número 7 de la séptima avenida Neala escribía en su diario: Tengo ganas de ver a M.P, ojalá pueda venir lo antes posible. Iremos de picnic a Central Park y le podré presentar a Rachel y Stella.
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NEALA
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Estoy en mi cuarto con mi amiga Neala, tengo que disimular mi tristeza, pese a que lo único que se me ocurre es decirle: ¿Por qué te vas?. Nos llega el aroma del pastel que ha preparado mi madre con extra de chocolate, como le gusta a ella. Hojeando un antiguo álbum de fotos, nuestras risas se mezclaron al vernos de pequeñas ¡Cómo nos divertíamos!, en ese momento nuestras miradas se cruzaron y no pudimos evitar abrazarnos llenas de emoción. La voz de mi madre rompió la magia de aquel instante y nos salvó de un llanto seguro. -Niñas a merendar, está listo el bizcocho. Conozco a Neala desde los tres años y desde entonces somos inseparables. Siempre he admirado su valor, recuerdo que de pequeña me daba miedo bañarme en el río, incluso mojarme los pies, ella todo lo contrario, jugaba a perseguir los peces, a coger ranas, salpicándome de vez en cuando. En mi sexto cumpleaños me preparó una fiesta sorpresa y los regalos flotaban en una balsa en el agua, aquel fue mi primer baño. A su...
LA PIRMAVERA
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LA PRIMAVERA Cuando llegó el eterno invierno , todo el mundo empezó a estar más desanimado, la nieve hacía sus corazones más y más ásperos, y la niebla invadía la zona... Hasta que llegó la primavera y las flores brotaban atrayendo a las mariposas. Al regar las macetas el agua de la regadera me recordaba a un río y los pájaros eran las mariposas que se posaban en mi cabeza. Los atardeceres eran preciosos y en ellos se veía cada flor, cada olor, cada cosa que hace de la primavera algo legendario. Los perfumes de las flores hacían de mi jardín un lugar único, entonces me dije: ¡La primavera ha llegado!
TRANQUILIDAD
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Era una noche lluviosa y las gotas hacían el sonido de las castañuelas al chocar con el agua. Los tilos se mecían con el viento. Todo parece tranquilo. Con tranquilo no me refiero a perfecto sino lo contrario. Aquella silueta oscura parece querer hablar pero calla. Los tilos parecen querer andar pero no pueden. El hambre quiere cesar y las rejas romperse, pero nada puede. Todo está así, menos los relojes de cuco que a estas horas deben de estar cantando su canción preferida.
GLORIA FUERTES ANIVERSARIO 1917/2017
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María Piñones nos cuenta la aventura de Robin Davidson
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María Piñones vió la película "El viaje de mi vida" y le gustó tanto, que decidió escribir el resumen en su blog Resumen: Robin Dabidson, una joven muy valiente, se propuso cruzar el Gran Desierto Australiano, junto con su perro en 1975. Antes de emprender el viaje, debía conseguir tres camellos, para ello estuvo ocho meses trabajando con estos animales para domarlos. No tenía dinero para el viaje, eran más de 3000 kilómetros, pero la revista National Geographic patrocinó su aventura a cambio de que un fotógrafo la acompañara. A ella ir acompañada no le gustaba, quería hacer la travesía sola, por eso el fotógrafo solo la veía de vez en cuando. Durante el viaje hubo momentos muy dramáticos: Se le perdió la brújula, esta se la había regalado su padre, que también había cruzado el desierto del Kilimanjaro en África, afortunadamente la encontró. Se encontró con camellos salvajes que podían atacarla. Les disparó y pudo salvarse. Una mañana al despertarse vió que...
A MARÍA PIÑONES LE GUSTAN LOS ABRAZOS
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