NEALA

Estoy en mi cuarto con mi amiga Neala, tengo que disimular mi tristeza, pese a que lo único que se me ocurre es decirle: ¿Por qué te vas?.
Nos llega el aroma del pastel que ha preparado mi madre con extra de chocolate, como le gusta a ella.
Hojeando un antiguo álbum de fotos, nuestras risas se mezclaron al vernos de pequeñas ¡Cómo nos divertíamos!, en ese momento nuestras miradas se cruzaron y no pudimos evitar abrazarnos llenas de emoción. La voz de mi madre rompió la magia de aquel instante y nos salvó de un llanto seguro.
-Niñas a merendar, está listo el bizcocho.

Conozco a Neala desde los tres años y desde entonces somos inseparables.
Siempre he admirado su valor, recuerdo que de pequeña me daba miedo bañarme en el río, incluso mojarme los pies, ella todo lo contrario, jugaba a perseguir los peces, a coger ranas, salpicándome de vez en cuando.
En mi sexto cumpleaños me preparó una fiesta sorpresa y los regalos flotaban en una balsa en el agua, aquel fue mi primer baño.
A su madre le encanta el teatro y tiene muchos trajes de época, sombreros, chales etc. Nos gustaba revolver sus cajones y disfrazarnos.

Hace unas semanas llamaron a la madre de Neala, Brid, para rodar una película en New York.
Tendrían que ausentarse una temporada y han decidido alquilar un apartamento. Me temo que no sea solo eso, sino algo más definitivo.

Ya ha pasado un mes desde su marcha, y entre mis manos tengo su primera carta:

"Querida María Piñones:
Echo de menos los trinos de los pájaros, las margaritas, el campo, los tejados de las casas, la fuente de la plaza... Pero eso no es nada, con lo que te añoro a ti.
New York tiene edificios altísimos, los famosos rascacielos. Los primeros días me dolía la nuca y no conseguía ver el final.
El río Hudson no se parece en nada al de nuestro pueblo lleno de peces y ranas, este lleno de barcos. Hay enormes puentes que lo cruzan.
Mi madre está muy contenta con el trabajo.
Ya tengo nuevo colegio, y como se avecinan unas vacaciones espero con ilusión que vengas.
Millones de besos.   Neala"
En mi cabeza ya no cabía otro pensamiento que mi próximo viaje a New York.



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