NEALA
Estoy en mi cuarto con mi amiga Neala, tengo que disimular mi tristeza, pese a que lo único que se me ocurre es decirle: ¿Por qué te vas?. Nos llega el aroma del pastel que ha preparado mi madre con extra de chocolate, como le gusta a ella. Hojeando un antiguo álbum de fotos, nuestras risas se mezclaron al vernos de pequeñas ¡Cómo nos divertíamos!, en ese momento nuestras miradas se cruzaron y no pudimos evitar abrazarnos llenas de emoción. La voz de mi madre rompió la magia de aquel instante y nos salvó de un llanto seguro. -Niñas a merendar, está listo el bizcocho. Conozco a Neala desde los tres años y desde entonces somos inseparables. Siempre he admirado su valor, recuerdo que de pequeña me daba miedo bañarme en el río, incluso mojarme los pies, ella todo lo contrario, jugaba a perseguir los peces, a coger ranas, salpicándome de vez en cuando. En mi sexto cumpleaños me preparó una fiesta sorpresa y los regalos flotaban en una balsa en el agua, aquel fue mi primer baño. A su...



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